martes, marzo 20, 2007

El error de Kane (y Herrmann 4)


“Y ahí estaba Kane, ufano, en la cúspide, tocando el cielo que él mismo se forjó. Yo también conocí a Kane, no importa quién soy, tampoco puedo responder a su pregunta, nadie puede, habría que ser el propio Kane para ello. Yo estuve allí, aquel día en el teatro. Tendría que haberlo visto, Kane, todos queríamos verle, no importaba lo que dijera, aplaudíamos cualquier cosa. Lo recuerdo como si fuera ayer, él en el escenario, seguro de sí mismo, sabiéndose vencedor, arrastrándonos a todos en una locura de irracional optimismo que no era si no el reflejo de su propio deseo, porque Kane era eso, la ambición, el ansia, no me pregunte de qué, quizá eso responda a su pregunta, quizá buscaba eso… ¿cómo ha dicho?... Ah, sí, Rosebud.

“Recuerdo que había un enorme retrato de Kane con su nombre tras él en el escenario, a ninguno de los presentes nos pareció excesivo, al contrario, era la viva imagen de la arrogancia de Kane, y era eso precisamente lo que queríamos. Queríamos a Kane, necesitábamos a Kane. Allí estábamos todos: los que veíamos en él todo aquello que jamás podríamos alcanzar, los que veíamos en él la medida de nuestras frustraciones… y allí estaba él, haciéndolo todo posible, rescatándonos a todos de nuestras anodinas existencias, haciéndonos sentir protagonistas, ¿de qué? Ahora sé que era de su deseo, un deseo nunca satisfecho, éramos los actores necesarios de la tragedia de su vida, una tragedia que él se empeñó en escribir, dirigir, protagonizar… así era Kane, y por ello sucumbió. Nadie podía creer lo que se descubrió al día siguiente, y sin embargo, acabó siendo un final tan previsible como propio de Kane. Pudo haberlo evitado, quizá, pero para ello tendría que haber sido otra persona. Así que decidió seguir adelante, sabiendo que se estrellaría, como un niño que se aferra a un juguete que sabe que no es suyo, sí, eso es, como un niño. Sabe, creo que Kane fue toda su vida eso, un niño, alguien que todavía no ha aprendido a renunciar. Los negocios, la política, las personas también, todo eran juguetes en las manos de Kane, juguetes que no le acababan de satisfacer, que rompía cuando no le gustaban. No creo que ninguno llegara a colmarle del todo, al menos ninguno con los que jugó de mayor. ¿Rosebud? No sé, qué puede ser, lamento no ayudarle. Por cierto, ¿cómo sabe que Kane dijo eso al morir?... ¡Hey! no me ha contestado, ¿a dónde va?”


El poder tiene sus peajes, y el error de Kane fue quizá no querer pagarlos todos. No se puede detentar el poder – el verdadero poder- y al mismo tiempo ser el objeto de los focos. No se puede ser el actor protagonista y moverse uno mismo los hilos. Si se está en primera fila, te dicen lo que tienes que hacer; y si dices lo que hay que hacer, conviene no ser visto, de otra forma uno se acaba llevando los palos que bien pueden corresponderle a otro. Pero claro, Kane era un niño, alguien que no se desembarazó de su primer juguete, que buscó en todo aquello que emprendió la plenitud de una infancia que, a pesar de todo, siempre acaba por desvanecerse, y que a lo sumo queda encerrada en una bola de cristal, algo a lo que nos podemos aferrar en un último instante. Otros, más prosaicos, y no menos manipuladores, saben ocupar un segundo plano que saben necesario, si lo que se quiere es el poder.

Visionando de nuevo la escena del mitin, me ha llamado la atención las dos veces en que aparece Joseph Cotten. En la primera, su cara seria, quizá atisbe el peligro y la medida de la ambición de alguien como Kane. En la segunda, la expresión de preocupación se ha borrado y aparece poseído por el entusiasmo irreflexivo que invade a los presentes, un instante de lucidez que se pierde. Lo importante no es tenerlo, si no retenerlo.







Valencia, martes veinte de Marzo. Como de un pozo emerjo tras varios días de atolondramiento, y con una resaca más o menos real, más o menos ficticia. El viento lo ha borrado todo, dejando la cuidad, y a mi mismo como antes, o casi.

P.D. ¿Qué les queda? Fantasmas de guerras pasadas y presentes. Y sin ellos ¿qué serian? Nada, y lo saben.

No hay comentarios: