jueves, marzo 22, 2007

Jeanne y Miles


Un París frío y gris, un París en blanco y negro, finales de los cincuenta. Jeanne pasea ausente, ajena a todo lo que le rodea. No se dirige a ningún sitio, sólo pasea. Todo ha salido mal, no entiende lo que ha pasado, vio su coche, alguien iba a su lado, una mujer. Quizá le haya ocurrido algo, quizá le haya abandonado, quizá esté muerto. No lo sabe, no entiende nada, vio su coche. No acudió a la cita. Lo tenían todo planeado, él mataría a su marido, según las instrucciones, se verían en el café, ella lo estaría esperando, pero él no acudió. Y ella vio su coche, y una mujer sentada junto a él. Jeanne pasea, intentado comprender, sin saber qué hacer, sin saber a dónde dirigirse, todo está perdido, él no acudió a la cita. Hace frío, todo está gris. Ella pasea, pasea…


Es de noche, de madrugada. En el estudio de grabación el ambiente es relajado, el edificio está casi vacío. Está Louis, está Jeanne, están algunos músicos –pocos-, y está Miles. Louis está pasando la cinta de la película, sobre la marcha alguien improvisa algo, algunas notas. Jeanne pone algunas copas, lleva una camisa blanca, hay poca luz. Miles todavía no ha tocado nada, mira la cinta, ve a Jeanne, la ve pasear, enfundada en un abrigo negro. Ve a una mujer ausente y triste pasear por las calles de París, imágenes en blanco y negro que se suceden. Louis le contó el argumento, una historia de crímenes, de casualidades fatídicas, de azares estúpidos… algo así. Pero Miles ve a Jeanne pasear, ve su rostro, su paso errático, su corazón destrozado. Miles se lleva la trompeta a los labios. Siete notas. Luego otras nueve. Una frase. Nadie dice nada, nadie se mueve. Miles lo tiene. Miles cierra los ojos, sus carrillos se llenan de aire, mira al suelo, y comienza a desgranar y exprimir esa frase que ha partido la noche en dos. Jeanne pasea, y las notas de la trompeta de Miles la acompañan. Nadie existe ya, salvo Jeanne y Miles.


Fue la primera película de Luois Malle. “Ascenseur pour l´échafaud”, Acensor hacia el cadalso. Un film noir con Jeanne Moreau. Miles Davis se encontraba de gira por Europa y Louis Malle le propuso hacer la banda sonara, Miles aceptó, era la primera que hacía. Se grabó prácticamente de un tirón, en una sola noche, con improvisaciones de Miles sobre las imágenes de la película. Tiene solos de una belleza dolorosa, casi insoportable. La película la vi mucho después de conocer la música, y motivado únicamente por la banda sonora. No me arrepiento. No consigo olvidar esos ojos vacíos de Jeanne mientras vaga por París. Ni la última expresión de su rostro al despedirse de esa pasión que le consume y le mantiene con vida, en el revelado de una foto.







Valencia, jueves veintidós de Marzo. Un invierno corsario nos ataca de forma inmisericorde cuando no debería. Tiene los días contados.

P.D. Todo una comedia. El viaje, el juicio, el fiscal. Actores todos en una reposición que causa ya hastío.

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