miércoles, diciembre 20, 2006

Una jota


Como la vida. El póker es como la vida, y no lo es porque la vida puede llegar a ser un juego, lo es porque jugar al póker es sobre todo una cuestión de temple, y de carácter.

Llega el momento, lo has estado esperando toda la noche y ahí lo tienes. Es hora de demostrar si vales, si eres el mejor, si puedes batir al rey. Tres ases, un diez, otro diez, sólo muestras la doble pareja, el as queda oculto. ¿Y él? Proyecto de color, proyecto de escalera de color, el color no puede con tu full, y sin embargo, si la carta oculta fuera una jota de diamantes…no eso no puede ser, no puede tener una escalera de color, no ahora. Quiere hacer un farol, sabe que tienes un as guardado, quiere meterte miedo, porque él también sabe que esta mano es el momento, perderla significaría su fin. ¿Qué oculta su rostro? ¿Le tiembla el labio, quizá? No. Su cara sigue igual de inexpresiva como al principio de la partida, hace ya….no recuerdo, demasiado. Le miro a los ojos, no pestañea, yo tampoco. ¿Una jota? No, no tiene una jota, es prácticamente imposible, pero la suerte ya no cuenta nada. Recuerdo cuando era pequeño, mis padres, aquellos breves años que pasé con ellos, luego, las calles, el juego…pero ¿por qué me viene a la cabeza todo esto? No, concéntrate. Estás aquí, ahora, toda tu vida dependerá de lo que pase durante los próximos minutos, he buscado este momento durante toda la partida, por eso estoy aquí. ¿Qué pensará él? Tiene dinero, es famoso, es el rey. Pero su tiempo puede que acabe hoy, y yo ocuparé su lugar. Ella, por qué tuvo que venir, le dije que se quedará en casa, y sin embargo vino. Piensa, céntrate, estás nervioso, no lo demuestres, mírale a los ojos…así. Ha llegado el momento, decídete. No, no tiene una jota. Apuéstalo todo.

-Veo su dinero y subo a….tres mil quinientos, todo lo que tengo.

-…Pagaré por ver ese as. Veo sus tres mil quinientos y subo a cinco mil.

No tiene una jota, juega de farol. Está apostando fuerte, es lo único que puede hacer. Hace calor, no lo había notado hasta ahora. Todo el mundo está mirando, ¿piensan lo mismo que yo? ¡Qué importa! Ellos no están aquí sentados. Cinco mil, ¿de dónde los ha sacado? Los tenía guardados, es su última baza.

-Son cinco mil Kid…¿me oyes, Kid? Cinco mil.

Sí te oigo, déjame pensar. Lo quisiste a tu manera y aquí estás. No te puedes echar atrás. No, no tiene una jota. Acéptalo. Acaba con él.

-Estoy dispuesto aceptar un pagaré, Kid.

-Puedo conseguir ese dinero.

-Sé que puede.

-De acuerdo, lo veo.

…Ahora comprendo que lo supe, ahora que ya todo da igual. Quise seguir, y lo supe. Supe que me mirarían esos ojos fríos, inexpresivos, sin alma. Ojos de papel, que me atraviesan. Todo el mundo calla, hace calor. Ella quizá esté fuera, encontrará a un fantasma.

Valencia, miércoles veinte de Diciembre. Atroz día de frío y lluvia. Se abrieron los cielos y un apocalíptico diluvio se abatió sobre nosotros, injustos merecedores de la ira divina. (Se me rompió el paraguas mientras caminaba, sobran comentarios)

P.D. Blanco y un tal López, tipo de bigote mejicano. ¿Quiénes son? ¿A qué se dedican? Escarban en la miseria, ladran. La voz de su amo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por fin te encuentro "fermat". Me ha costado, lo cierto es que me has dado pocas pistas ¿querías evitarme? No lo creo, ya nos conocemos.

Así que te gusta el poker, vaya, una habilidad tuya más.
¿Sabes fermat? La probabilidad de sacar una escalera de color en el poker es aproximadamente 1/64974, la del full es bastante mayor, 1/694. Así que para el jugador de la escalera de color realmente era la jugada de su vida, el momento, como tú dices. Prescinde de toda poesía, se te da mal fermat, cree en los números es lo tuyo.

¿Una partidita?